Los hijos se educan para que se marchen más pronto que tarde, no para que se queden.

La última vez que escuche: “mis hijos son lo más importante de mi vida”

Le sonreí mientras pensaba: “qué horror… y ahora viene lo de… daría la vida por ellos…”

El amor de los padres por sus hijos provoca que éstos hagan esfuerzos titánicos de todo tipo. En mi opinión eso sería normal y supongo que hasta aquí estarás de acuerdo conmigo. Lo que es posible que no te guste tanto es en mi  total desacuerdo en que los padres quieran más a sus hijos que a sus parejas.

Antes de llamar a los “Serveis Socials” déjame que me explique… por supuesto que tienes que amar a tus hijos. Por supuesto que hay que poner sus necesidades primero. Pero hacerlo también es una obviedad. Los niños, con sus urgentes necesidades  y a menudo difíciles de determinar, atraen muy fácilmente tu interés. Los cónyuges no necesitan ser alimentados, transportados en coche, ni vestidos.

Amar a tus hijos es como ir a la escuela, realmente no tienes otra opción. Amar a tu cónyuge es como ir a la universidad, depende de ti que hagas acto de presencia y asistas a las clases.

Los niños cuyos padres se aman son mucho más felices y más seguros que los crecen en un entorno sin amor. Tienen un modelo no sólo de cómo debería ser  una relación, sino también de cómo las personas deben tratarse entre sí.

Una de las mejores cosas que puedes hacer por tus hijos es amar a tu cónyuge.

Si te hago la siguiente pregunta…  ¿qué es más importante para una vida feliz, los niños o un buen matrimonio?,  apuesto que la respuesta ganadora es “los niños”.

Me parece muy arriesgado e incluso un problema apostar tu felicidad a la descendencia, no crees? Cuidado con esta estrategia traicionera, ya que es  a corto plazo. Los niños pequeños se convierten en adolescentes y luego se van, y que en mi opinión, es lo correcto y lo que se espera, vamos digo yo…  Tus hijos adultos no querrán ser el objeto de todo tu afecto o el  principal centro de todos tus sueños…

Si has hecho bien tu trabajo como padre o madre a los 50-55 años, en tu hogar estarás tu con tu pareja, o quizá tú contigo mismo o con el gato o con el perro…pero sin tus hijos.

Creo que uno de los mayores  peligros de una pareja es la “desaparición de la vida de pareja” por la de  los niños y las actividades con éstos. Me apuesto que pocas parejas podrían recordar las veces que pasaron solos con su pareja… Supongo que me dirás, “…es a lo que hemos renunciado por ellos…” Pues no estoy de acuerdo.  Hay demasiados momentos que pienso que las parejas con hijos vuelven a serlo a los 50 ó 55 años.

La única forma de prevenir, en mi opinión, esta triste situación, es recordar que los niños no fueron la razón por la que un día te casaste; son un proyecto muy absorbente que emprendiste con tu pareja.

Los niños se educan para que se marchen más pronto que tarde.., no para que se queden.

Joan Puyol “Empresari – Blogger”

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