Hace tiempo que quería hacer un post con estas ideas con la esperanza de que alguien más las encuentre útiles. Ciertamente no tengo intención de que sean “universales”, sólo pretendo presentar las que personalmente han influido más en mí y tal vez puedan hacerlo en otra persona. Si ves que me dirijo a ti con un “tú”, realmente estoy refiriéndome a mí mismo.
No te explico un rollo más de los que puedas leer por la red, es una historia corta: hace unos 4 años, odiaba donde estaba trabajando, en una multinacional del automóvil. Fue el reconocimiento de estas cuatro ideas lo que me mantuvo en marcha y me ayudó a cambiar mi vida.
1.-Las personas debemos soportar la carga de 24 horas, ni más ni menos.
Si vives en el futuro te pondrás ansioso. Si vives en el pasado conseguirás deprimirte.
Veinticuatro horas es todo lo que tienes que vivir, recuerda que las cargas del pasado no son tuyas.
Las cargas del futuro tampoco, déjalas ir. El día que tienes por delante es tu trabajo, es lo que está delante de ti, es lo único que tienes el poder de cambiar, o dar forma, o usar. Es tu lienzo diario. Es tu material. Así que úsalo bien.
2.- La felicidad no es algo que puedas o tengas que perseguir, sino el resultado de hacer lo correcto.
Estamos obsesionados pensando que la felicidad es el objetivo final, luego nos frustramos cuando se escapa a través de nuestros dedos. En vez de perseguir la felicidad, céntrate en hacer lo correcto y la felicidad te seguirá.
¿Te sientes triste al final del día? Quizá es porque comiste para cenar lo que no debes, olvidaste llamar a tu madre, desperdiciaste mucho tiempo en juegos de video, etc.
Aparentemente, esas son algunas de las cosas que deberían hacerte “feliz”, no? Pero has descubierto que es cuando te sientes más deprimido. La frustración suele ser la consecuencia de acciones que hiciste, o mejor dicho acciones que no hiciste. Concéntrate en hacer lo que debes y verás la felicidad a tu lado.
Si piensas o te crees que la felicidad te va a sobrevenir de forma milagrosa o súbita vas muy equivocado, eso no te va a suceder. En su lugar, ponte en modo activo y aparca el modo pasivo, haz “lo correcto”, y un sentimiento de calidez, paz y satisfacción te seguirá por sí mismo y se quedará a tu lado.
3.- El ideal del éxito es falso. No te dejes atrapar por él.
Me quedo estupefacto cuando veo en la televisión, en la calle, cuando hablamos con amigos o familiares, parece que todo el mundo confunde el concepto de éxito con las recompensas. Ya sea dinero, fama, reconocimiento, alabanza, sexo,… esas recompensas no dependen de ti, todas dependen de otra persona.
En su lugar, piensa en el éxito como esfuerzo sostenido de la voluntad. Comienza y termina contigo, con nadie más.
Piensa en cualquier fantasía o meta que puedas tener. Piensa por ejemplo que siempre has querido ser un gran artista. Imagínalo. ¿Te das cuenta ahora de lo que te estaba explicando? Te garantizo que estás pensando en acudir a París o NY con admiradores y que tu trabajo es admirado en galerías, portada en revistas o diarios y recibes el Premio Nobel, básicamente estás fantaseando con ser un gran artista y no con hacer una gran obra de arte, me explico ahora?
Esa manera de pensar puede desordenarte totalmente el coco, porque pone una vez más el énfasis en el reconocimiento pasivo (admiración, fans, portada en revistas, etc) que en el esfuerzo activo (hacer una gran obra).
4.- Cultiva tu espiritualidad.
Cuando las cosas que más importan se sustituyen por lo material, es cuando se puede afirmar que hemos perdido nuestra brújula moral.
Apúntate a comenzar rápidamente el cambio de una sociedad “orientada a las cosas” a una sociedad “orientada a las personas”. Cuando las máquinas y los ordenadores, el lucro y los derechos de propiedad,… son considerados más importantes que las personas no llenan el vacío espiritual.
Desafortunadamente, nuestra cultura de consumismo y comodidad materiales tan aplaudida ha dado como resultado un aire general de cinismo marcado por un vacío espiritual. La actual generación de jóvenes está pagando el precio. Por ejemplo, al menos uno de cada diez jóvenes cree que la vida no vale la pena vivirse.
Pero eso puede cambiar, empieza a poner a la gente primero. Cultiva tu espiritualidad.
Por último y disculpa el atrevimiento, me gustaría darte un pequeño consejo: Párate!
Esto te ayudará cuando te sientas perdido en ti mismo. Recuerda que todo el mundo tiene que parar… Si alguna vez te has desviado de lo que crees que debías hacer, o de quien se suponía que debías ser, para, reflexiona y sigue. Sea lo que sea que estás haciendo, sean cuales sean tus grandes ambiciones en la vida, todos nos detendremos igualmente, entonces te pido que escojas tú el momento. Para, piensa y sigue.
Como dije al principio, espero que estas cuatro ideas puedan ayudarte.
Joan Puyol. “Empresari – Blogger”